“Acaban de decirme que tengo cáncer y estoy bloqueado/a”, “mis familiares parece que lo llevan hasta peor que yo”, “mi padre tiene cáncer y no sé qué hacer para ayudarlo”, “los efectos de la quimio me hacen flojo por fuera pero también por dentro”, “tuve cáncer hace años pero todavía tengo miedo a veces”, “me toca revisión en dos semanas y vuelvo a ponerme mal, como si todo fuera a empezar de nuevo otra vez… aunque hace años que me curé”…
Psicooncología

Estas son algunas expresiones que escucho a menudo de mis usuarios de psicooncología (algunos pacientes oncológicos activos, algunos expacientes oncológicos, y algunos familiares de pacientes oncológicos).
El proceso de enfermedad oncológica es difícil y complejo emocionalmente. En muchas ocasiones, conlleva un crecimiento personal muy importante y casi en todos los casos, reordena las prioridades y hace ver la vida de forma distinta, tanto para los propios afectados como para sus familiares y allegados.
Cuando una persona inicia este proceso, se enfrenta a una carrera de obstáculos; primero la fase prediagnóstico, si la hay, en la que se hacen las primeras pruebas y aparecen las primeras inquietudes; a continuación, el diagnóstico que genera un intenso impacto emocional y arrebata al paciente algo con lo que hasta el momento contaba, la salud; posteriormente la fase de tratamiento sea por cirugía, quimioterapia, radioterapia u otras, donde cada una de las cuales supone sus propios retos; el tiempo libre de enfermedad, que a veces se extiende para siempre, pero no deja de llevar consigo otras inseguridades y miedos; la recaída si la hubiera, que suele acompañarse de una mayor desesperanza entre otros síntomas; y desgraciadamente, la fase terminal que en algunos casos existe, cuya preparación para el momento inminente es sumamente necesaria para fallecer con la mayor tranquilidad posible. Todas estas fases las atraviesan igualmente los familiares ya que, aunque no vivan la enfermedad médica en su propio cuerpo, se les plantean las mismas dudas, inquietudes, miedos y desasosiegos.

Objetivos terapéuticos frecuentes
La Psicooncología es la especialidad de la psicología que trabaja para mejorar la calidad de vida del paciente oncológico y de sus familiares en todas las fases citadas anteriormente, así como también en otras funciones de prevención de la salud y de formación de personal sanitario en aspectos psicooncológicos.
Algunas problemáticas que frecuentemente son objetivo de tratamiento psicooncológico son las siguientes:
- Ansiedad y bajo estado de ánimo
- Dificultades de adaptación a la enfermedad o a sus tratamientos
- Problemas de autoestima o de imagen corporal (debidas a las secuelas de los tratamientos o de la propia enfermedad)
- Miedo a la muerte (tenga la enfermedad buen o mal pronóstico)
- Miedo a la recaída
- Sobrecarga del cuidador
- Dificultades en la comunicación con los familiares
- Diferentes afrontamientos de la situación entre familiares y el propio paciente
- Dificultades para “volver a la normalidad” después del alta médica
Todos estos aspectos, junto con otros no incluidos en esta breve lista, son objetivos principales de esta área de mi trabajo, y todos ellos pueden mejorar con la terapia adecuada.
Si deseas más información, puedes consultar los apartados Sobre mí y sobre los Tipos de terapia que realizo.
Si te has sentido identificado/a y piensas que podría ayudarte, no dudes en hacerme tu consulta sin compromiso. Es un momento difícil pero podremos trabajar juntos/as para que sea más llevadero.
¿En qué te puedo ayudar?
Contáctame
Empecé teniendo claro que deseaba ayudar a las personas y, de esta forma, de todas las opciones posibles, a esa temprana edad ya supe que mi vocación era ser psicóloga.
Coraje deriva de cor, corazón en latín. Tener coraje no es no tener miedo, es tener la valentía para afrontar ese miedo y actuar con el corazón. Tengamos coraje siempre
Pablo Ráez
Testimonios
¡Qué frágil me sentía cuando conocí a Paola! La tierra se había hundido bajo mis pies. Y además cuando me dijeron de ir a terapia, pensé: “¿Y para qué? Total, mi problema es el cáncer y eso no me lo quitará nadie más que los médicos”. Pero estaba equivocada, porque ese era un problema de salud pero en todo lo demás sí me podía ayudar, ¡y mucho! Gracias a ella y a todo lo que aprendí, me volví a sentir fuerte incluso antes de estar curada. Y eso no tuvo precio para mí.
Ángela
Vaig tenir leucèmia amb 19 anys. Vaig dur els tractaments prou bé perquè pensava en els meus pares, no els volia preocupar. I na Paola va ser un puntal on recolzar-me i un lloc on trobar eines per seguir endavant psicològicament. Amb ella vaig aprendre a prioritzar-me també i no només pensar en els altres, vaig poder centrar-me en cada passa del camí intentant no avançar aconteixements (tasca que no fou gens fácil) i gestionar el mal humor que de vegades m’envaïa i que feia que els meus pares aguantessin coses que no tocaven. Dins la lluita més important de la meva vida fins el moment, sempre hi formaràs part, Psico.
Pep Toni
Acudí a ver a Paola porque me la recomendó una buena amiga. Yo pasé toda la enfermedad y tratamiento sin apoyo psicológico, cosa que no me enorgullece, a veces pienso que ojalá lo hubiera hecho y más con lo vivido después. Pero la cuestión es que fui a verla porque las revisiones me costaban mucho: no dormía, dejaba de comer, planeaba el final de mi vida como si fuera inminente…. ¡Solamente porque tenía una resonancia programada! Paola me ayudó a darme cuenta de que había asuntos emocionales sin resolver desde mi época de tratamiento activo y ahora estoy mucho mejor. Y las revisiones, que cada vez son menos frecuentes por suerte, ya no me alteran tanto aunque siguen sin ser plato de buen gusto, por supuesto.
Juana Mª
Nadie está preparado para pasar por un proceso oncológico, pero aún menos con 26 años. Escéptica respecto a la psicología, empecé a visitar a Paola casi por obligación. Actualmente, lo primero que recomiendo cuando hablo con alguien que está pasando lo mismo es que busquen a un profesional para acompañarles a lo largo del proceso. Gracias a Paola me conozco más a mí misma, he descubierto y entendido pensamientos y sentimientos que desconocía tuviera dentro de mi, he adquirido herramientas emocionales que me ayudan en mi día a día, y lo más importante, he aceptado y aprendido a vivir con lo que me ha pasado y soy feliz.
Muy implicada en su trabajo, mucho sentido común, muy palpable la formación que tiene, y un pilar sólido al que aferrarse cuando crees que todo se desmorona. Eternamente agradecida por lo mucho que me ha ayudado.