Sin embargo, podemos hablar de baja autoestima cuando esa circunstancia se convierte en una constante que nos dificulta el funcionamiento en el día a día.
En primer lugar, es importante diferenciar dos aspectos: el autoconcepto y la autoestima. El autoconcepto es la descripción que una persona hace de sí misma en las diferentes facetas que existen (aspecto físico, inteligencia, relaciones con los demás, sexualidad, etc.), mientras que la autoestima es la valoración subjetiva que hace de esta descripción, la cual en su conjunto, forma el mayor o menor aprecio que una persona tiene hacia sí misma. Es decir, no son las propias características las que conllevan en sí mismas una mejor o peor valoración, sino que son dos conceptos que, aunque relacionados, no son iguales ni codependientes. Por ejemplo, que una persona se considere a sí misma alta o baja, en sí mismo no conlleva una mayor o menor autoestima física, sino que dependerá de la visión subjetiva que tenga esa propia persona. Como ya habrás deducido, esta apreciación personal dependerá mucho de la historia de vida y del entorno cultural.
La baja autoestima tiene múltiples causas y, evaluando de forma personalizada cada caso, puede mejorar mediante terapia psicológica. De hecho, es uno de los problemas más frecuentes con los que trabajo.
Si deseas más información, te invito a consultar los apartados Sobre mí y sobre los Tipos de terapia que realizo.
Es posible que el problema que te preocupa no se encuentre en esta breve lista ni en otros apartados y pueda ayudarte igualmente. Ante la duda, puedes consultarme sin compromiso y te informaré sobre si puedo trabajar en tu caso de forma eficaz para tus objetivos.